A ti, que sacrificada,
pasaste miles problemas,
para ti, va mi poema,
hoy eres tu, la que nos dejas..
Mujer dulce y abnegada,
que no sabias de rencores
que tenias toque de hada,
y nos brindabas amores...
Tu, que
eras madre divina,
tu, que los sueños velabas,
tu, que la vida brindabas
y por todos te desvelabas...
Ay, que
penosa es la vida!
es toda llena de ironías,
que a esa mujer querida,
la despedimos solo un día.
No estoy conforme con
eso
y te mando en mi poesía,
mi
dolor y mi tristeza
esta flor y este beso
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