Llego un
momento en nuestras vidas
En que no
nos podíamos soportar
Todos eran
reproches, nos empezamos a
odiar
Nos
heríamos el uno al otro, sin ninguna
piedad
Esperamos
con ansiedad, en que podernos
juzgar
Todas eran
palabras soeces, desprecios y
suciedad
Nos
poníamos frente a frente, gozábamos con
insultar
Queríamos
hacernos daño, haber quien podía
mas
Ni en un
solo instante queríamos
capitular
Queríamos
ser vencedores, para lucir el
laurel
Pero un
hijo que esperaba, nos dio la victoria a los
dos
Eso hijo
limpio el aire y nuestra lucha
feroz